¿y cómo nos comunicarnos con los congresistas?

En primer lugar, debemos indicar que nosotros somos una plataforma de ciudadanos que se relaciona con el Estado en las lógicas de gobierno abierto, con transparencia. Por lo tanto, desde el principio de nuestras acciones hemos buscado una comunicación con el Estado a través de los medios abiertos a los ciudadanos y especialmente los digitales.

Dicho esto queremos compartir con ustedes nuestra última experiencia de comunicación con el Congreso. Después de una semana de enviados correos a los congresistas para que conocieran nuestra petición de debate, la carta de los académicos de la American University de EE.UU. y nuestros propios comentarios jurídicos sobre la hoy ya nueva ley, vemos con tristeza y desconcierto los resultados.

430 correos fueron enviados, de estos 258 correos no fueron siquiera abiertos. Solo se reportaron 38 correos leídos, de los cuales tan sólo 5 revisaron los archivos adjuntos que se enviaron. Más grave aun 134 correos rebotaron. (Vea la lista detallada al final de este post).

Así las cosas, nos preguntamos, ¿cómo nos comunicamos con los congresistas? En pleno siglo XXI, ¿será que la única forma aceptable de entregar comentarios a un proyecto de ley es tener que hacer el lobby oficina por oficina y buscar en cada una al asesor que se tome la molestia de recibir un documento? ¿Será que la única forma de enviar correos a senadores y representantes, para garantizar que por lo menos lleguen, es tener que ir oficina por oficina para confeccionar una lista privada de correos?

Varios funcionarios nos confesaron que no se usan los correos oficiales y públicos porque son muy malos, porque es muy dificil posicionar un correo diferente del que ya vienen manejando en campaña y en general en la vida pública del congresista, en fin, nos dierion varias razones válidas (nosotros entendemos la situación), pero, que no justifica la situación de incomunicación y desgreño en que están los congresistas con los ciudadanos. Si este sistema no funciona, deberían solucionarlo, seguro que a uno se le ocurren un par de alternativas.

Como parte de la sociedad civil, como parte de esos ciudadanos que nos tomamos en serio la tarea de la democracia y queremos participar en el ejercicio de ejercer nuestro derecho de opinar sobre las reformas que nos afectan y proponer modificaciones a proyectos de ley que nos conciernen, nos preocupa que las páginas oficiales del senado y la cámara tengan información desactualizada o falsa, correos que no comunican con nuestros representantes.

Nos preocupa también que portales como congreso visible, que busca garantizar el derecho de la ciudadanía a estar informada sobre cómo votan sus elegidos los proyectos de interés y establecer puentes de comunicación entre los congresistas y los ciudadanos, no cuenten con información veraz que permita el cumplimiento de sus objetivos.

En tiempos donde Internet se está convirtiendo en una de las mayores posibilidades para la participación de los ciudadanos y su comunicación con las diferentes instancias del gobierno, es paradógico que no se puedan utilizar las herramientas que este provee para lograr esa verdadera participación. Es aun más cuestionable que la mayoría de los senadores y representantes ni siquiera se preocupen por mantener una comunicación lo más real y directa con sus electores, algo sencillo hoy en día con las facilidades que brindan las TIC y que se supone el Estado Colombiano aborda con seriedad. El Ministerio de las TIC muestra con orgullo sus programas de Gobierno en Línea que han ganado incluso premios, valdría la pena que revisara si se está quedando en lo formal, que en la práctica no está funcionando.

Pedimos que esta situación se resuelva pronto para contar con medios eficaces de comunicación con aquellos que nos representan. De lo contrario esta figura de la democracia representativa en la era de Internet y la sociedad del conocimiento se ira deteriorando cada vez más y terminaremos asumiendo que en este Estado nuestro posible papel será el de la mítica Casandra en la tragedia griega, condenados a  ver como se comenten los errores que se advierten una y otra vez.

Sabemos que estos indicadores no son la última palabra sobre la forma como los congresistas actuaron o que tan enterados estaban en el debate del 10 de abril pasado, pero, son un importante indicador sobre la comunicación que como ciudadanos podemos tener con nuestros representantes políticos y nos sirve para llamar la atención de los congresistas y en general del Estado sobre la situación de sus canales de comunicación con los electores. A continuación la lista de correos que fueron abiertos, los que no fueron abiertos y los que rebotan:

Fueron abiertos

No fueron Abiertos

Rebotan