El páramo del olvido

Desde hace años, diciembre, el mes de parranda y animación, no me emociona. El año pasado he de confesar que estaba más pendiente de las buenas nuevas que traía el primero de enero, día del dominio público, que de las celebraciones de Navidad y Año Nuevo. Por María del Pilar Sáenz. Lee más en Las dos orillas.

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